Tras la firma del Tratado de Amberes 1609, se convierten en dos estados irreconciliables:
Flandes (actual Bélgica) al sur y las Provincias Unidas Holandesas al norte.
Ente ambas: luchas religiosas, conflictos políticos sociales y fronteras económicas.
Debido a los enfrentamientos religiosos, en los Países Bajos se produce una división: El norte, Holanda, se independiza de la
corona española y esta regida por una sociedad reformista, de carácter democrático y burgués. El sur, Flandes, permaneció
unido a España y, por tanto, unido a la Iglesia (Contrarreforma).
FLANDES: católico, monárquico, aristocrático y bajo el dominio español.
HOLANDA: protestante, republicana, burguesa e independiente.
Estas diferencias sociales y religiosas provocaron una separación total en pintura, tanto en el tratamiento de ésta como en la
dimensiones y temas.
Pedro Pablo Rubens
Nació en 1577 en Siegen, Alemania.
En 1590 con apenas catorce años entró a servir como paje de la condesa Ligne-Arenberg, primer paso en su formación de cortesano. Casi a la par comenzó a pintar, en el taller de Tobias Verhaecht, iniciando la brillante carrera de uno de los personajes y artistas más admirados de todos los tiempos.
Rubens fue un pintor y un hombre singular, no solo por su arte sino por su inteligencia, cultura y habilidad en las relaciones sociales, uno de los pocos que alcanzó fama y dinero en vida. Trabajó para las monarquías europeas, viajando por todos los países del continente, para la iglesia y las clases altas; fue diplomático y coleccionista, habló varios idiomas, pintó, creó esculturas, obras arquitectónicas y decoraciones efímeras; su biblioteca era, entre las hoy conocidas, la mayor que entonces poseía un pintor… fue un artista completo, que, como explica el gran especialista en su vida y obra, Alejandro Vergara, con su pintura Rubens mostró su visión exaltada de la vida.
Características:
Sus tres características fundamentales son: dinamismo, vitalidad y elegancia.
Sus colores son cálidos por influencia de los venecianos, muy luminosos y vivos.
Sus composiciones son en diagonal, lo que les da mas movimiento y su pincelada suelta.
Los cuerpos varoniles, musculosos, de color moreno, influencia de Miguel Angel.
Los cuerpos femeninos, gruesos, exhuberantes, nacarados, influencia de Tiziano.
Ambos con un gran dinamismo.
En sus obras se aprecia un gusto por el paisaje, un paisaje movido con árboles retorcidos y
suelos ondulantes.
Temas:
- Religiosos: son abundantes sus grandes composiciones al servicio del
ideal religioso: Descendimiento, Adoración de los Reyes, Martirios,
Temas de exaltación Eucarística y de la Iglesia. Triunfo de la Iglesia
sobre la Furia, la Discordia y el Odio. Óleo sobre tabla (Museo del
Prado) Eucaristía.
En este caso voy a centrarme en esta preciosidad de obra:
EL TRIUNFO DE LA IGLESIA
Es la más grande de las escenas que diseñó Rubens para la serie de la Eucaristía. El tapiz estaba probablemente destinado a ocupar un lugar central sobre el altar de la iglesia del convento de las Descalzas Reales.
Las pinturas de la serie, más que bocetos previos, son modelos perfectamente acabados, con gran riqueza de detalles, destinados a servir de guía para la confección de los tapices. La propia naturaleza del tapiz hace que la gama cromática, al igual que los contrastes entre luces y sombras típicos de Rubens, sean más planos que en otros trabajos suyos, lo que no impide que sean obras muy bellas y elaboradas. Todas las pinturas del ciclo se estructuran de idéntica forma, simulando una arquitectura con una columnata y un friso, ante la cual se despliega un tapiz fingido en el que se desarrolla el tema. Es un artificio característico del Barroco (cuadro dentro del cuadro) destinado a reforzar el carácter teatral y equívoco de la imagen.
En la obra que nos ocupa, la escena se desarrolla ante una columnata salomónica, ante la que dos querubines despliegan el tapiz. Dos elementos sobresalen tanto por su posición central en el cuadro como por encontrarse superpuestos en trampantojo: la cartela que debía mostrar el título (que aparece vacía; en el tapiz final, lleva la inscripción ECCLESIAE TRIVMPHVS) y un jeroglífico o símbolo en la parte inferior: un globo terráqueo rodeado por una serpiente que se muerde la cola (el ouroboros, símbolo de la eternidad), un timón, una palma y una rama de roble, símbolos respectivamente del gobierno recto, el triunfo y la fortaleza. Todos estos símbolos, junto con las guirnaldas de frutas y los angelotes, que representan la abundancia, aluden a las virtudes características de la Iglesia.
El tapiz fingido es una escena compleja, llena de simbolismo, con numerosas figuras muy vivaces y movidas; Rubens muestra en ella su dominio del lenguaje alegórico, su facilidad compositiva y sobre todo, su innata capacidad de generar dinamismo y movimiento en sus composiciones.
La escena es un cortejo triunfal al modo de los desfiles de los emperadores romanos. Una cuadriga de caballos blancos introduce la composición por la izquierda, precedida de tres figuras femeninas que sostienen las riendas o acarician a los caballos; una cuarta mujer, de la cual solo apreciamos la parte posterior, precede a todo el cortejo. En el aire, espíritus angélicos tocan trompetas; uno de ellos, con forma femenina, porta una corona de laurel y una palma. Montado sobre uno de los caballos, un ángel mancebo, coronado de laurel, porta el conopeo, sobre el que se muestran las llaves de oro y plata de los papas. Tras él, un querubín lleva las riendas del carro, mientras vuela sobre él la paloma del Espíritu Santo entre glorias de ángeles y resplandores. Sobre el carro, de oro y adornado con gemas, una matrona, vestida de seda plateada y manto púrpura, sostiene una gran custodia con la Eucaristía. Un ángel sostiene la tiara papal sobre ella, mostrando que representa a la Iglesia Católica.
El carro de la Iglesia, en su marcha triunfal, abate y arrolla unas figuras oscuras que apenas se pueden asomar entre las ruedas: una de ellas, huesuda y con una tea, representaría la Furia o la Ira; otra, con la cabeza ensortijada de serpientes, figura la Discordia; mientras que un hombre barbado gesticula bajo las ruedas del carro, personificando el Odio. Cierran la composición por la derecha dos rudas figuras masculinas, atadas con cuerdas, una con los ojos vendados (la Ceguera) y la otra con orejas de asno (la Ignorancia); ambas muestran haber sido dominadas y reconducidas por una mujer que sostiene un candil encendido en lo alto, como personificación de la Verdad.
Las pinturas muestran la faceta más decorativa y efectista del arte de Rubens. Constituyen un perfecto ejemplo de arte propagandístico, destinado a reafirmar la fe de los fieles en los dogmas negados por el protestantismo, como la presencia real de Cristo en la Eucaristía. No hay que olvidar que los Países Bajos españoles se encontraban en ese momento en medio de diversos conflictos de índole religiosa, que habían llevado a la separación de las Provincias Unidas de los Países Bajos del dominio de España en 1579.
CURIOSIDAD
ALICIA TORRES ASENCIO
(10).
ResponderEliminarPara la próxima arte barroco español Convento de San Pablo de Sevilla actual Iglesia de la Magdalena.