Introducción.
Por arte paleocristiano se conocen a las primeras manifestaciones artísticas del cristianismo, surgidas entre los siglos III y VI. Es un arte de contenido religioso, pero encuadrado en la estética tardorromana del Bajo Imperio Romano.
Este estilo adecuó la estética romana a la temática de la religión cristiana, respondiendo a las exigencias de una iglesia que fue perseguida desde sus inicios, pero que a partir del siglo IV se convierte en la oficial del Imperio.
Por arte paleocristiano se conocen a las primeras manifestaciones artísticas del cristianismo, surgidas entre los siglos III y VI. Es un arte de contenido religioso, pero encuadrado en la estética tardorromana del Bajo Imperio Romano.
Este estilo adecuó la estética romana a la temática de la religión cristiana, respondiendo a las exigencias de una iglesia que fue perseguida desde sus inicios, pero que a partir del siglo IV se convierte en la oficial del Imperio.
El arte bizantino (nombrado
así por Bizancio, primer nombre de la ciudad de Constantinopla) se ubica
aproximadamente, entre el siglo V y el año 1453(toma de Constantinopla
por los turcos), perdurando desde fines de antigüedad hasta fines de la Edad
Media.
En los primeros siglos, el arte bizantino hundió también sus raíces en el tardorromano, presentando gran continuidad estética. En el siglo VIII se da la conocida como "guerra de las imágenes" (El emperador León III, en el año 723 prohibió el uso de las imágenes religiosas, permitiendo exclusivamente el signo de la Cruz; dándose la iconoclastia o "destrucción de imágenes". Detractores y defensores de la medida se enfrascaron en enfrentamientos a los que debamos la destrucción de numerosas obras de arte. En 843 fue retirada la prohibición.) tras la cual quedan asentados los ´modos permitidos de representar a las figuras sagradas y se desarrolla la creación de íconos (pinturas con figuras rígidas y lejanas, que no se mueven en el espacio, recortadas en fondos de oro, con dimensiones pequeñas, transportables y ubicables en hogares).
En los primeros siglos, el arte bizantino hundió también sus raíces en el tardorromano, presentando gran continuidad estética. En el siglo VIII se da la conocida como "guerra de las imágenes" (El emperador León III, en el año 723 prohibió el uso de las imágenes religiosas, permitiendo exclusivamente el signo de la Cruz; dándose la iconoclastia o "destrucción de imágenes". Detractores y defensores de la medida se enfrascaron en enfrentamientos a los que debamos la destrucción de numerosas obras de arte. En 843 fue retirada la prohibición.) tras la cual quedan asentados los ´modos permitidos de representar a las figuras sagradas y se desarrolla la creación de íconos (pinturas con figuras rígidas y lejanas, que no se mueven en el espacio, recortadas en fondos de oro, con dimensiones pequeñas, transportables y ubicables en hogares).
ARTE PALEOCRISTIANO
"El Arte Paleocristiano puede entenderse como una evolución del arte romano tardío. Sin embargo, la religión cristiana insufla un nuevo espíritu al arte y lo carga de símbolos. Esto motivará que este arte sea simple, estilizado, renunciando a la perspectiva y a la profundidad espacial, eliminando las proporciones y las rasgos del cuerpo humano para acentuar los aspectos religiosos. El fondo predomina sobre la forma y la expresividad vence a la estética. Al hablar de períodos dentro del arte paleocristiano, los especialistas hacen referencia a dos etapas: la primera alcanza desde el siglo II al 313, fecha del Edicto de Milán en el que se otorga libertad al cristianismo; y la segunda que abarca desde el 313 hasta el siglo VII. El primer momento se caracteriza por la persecución y el recogimiento mientras que durante el segundo el cristiano toma la calle y sus monumentos pueblan todo el espacio. Las catacumbas serán la construcción arquitectónica más característica de este primer periodo. Se trataba de cementerios excavados formados por un amplio número de galerías que conducían a amplias cámaras llamadas cubicula. En las paredes de éstas se abrían nichos para los enterramientos, en ocasiones protegidos con arcos de medio punto o arcosolium. Las más famosas están en Roma pero también encontramos catacumbas en Nápoles, Alejandría o Siracusa.
ARTE BIZANTINO
La evolución del arte
paleocristiano motivará el nacimiento del Arte Bizantino. Pero la gran novedad
estriba en que el arte Bizantino mantuvo también importantes rasgos de la
cultura greco-latina, pudiendo considerarse un arte puente entre la antigüedad
y el futuro Renacimiento Bizancio apenas creó valores nuevos pero supo
asimilar y fundir las influencias que llegaron desde oriente y occidente.
Grabar considera al arte bizantino el "cristiano por excelencia, por su
seriedad devota y solemne, por su apartamiento del mundo". Entre los siglos
V y VII se desarrollará la llamada Primera Edad de Oro bizantina, relacionada
con la obra de Justiniano.
SANTA SOFÍA DE CONSTANTINOPLA
Obra: Iglesia de Santa Sofía (Hagia Sofia).
Constantinopla
Estilo:
Arte Bizantino
Cronología: 532 al 537
Autores: Antemio de Tralles (plano), Isidoro de Mileto (ingeniero) e Isidoro el Joven (constructor de la cúpula de 562)
Materiales: mármol polícromo, mosaico, mampostería.
Cronología: 532 al 537
Autores: Antemio de Tralles (plano), Isidoro de Mileto (ingeniero) e Isidoro el Joven (constructor de la cúpula de 562)
Materiales: mármol polícromo, mosaico, mampostería.
La arquitectura de Santa Sofía une de manera magistral los
avances técnicos y estilísticos de época romana con la influencia de las
construcciones orientales, que podemos ver reflejada en la organización de su
planta.
Encontramos una planta basilical de tres naves, como se usaba en
los modelos occidentales, con un nártex en la entrada cubierto con bóveda de
aristas y un ábisde semicircular en la cabecera, pero inscrita dentro de
una cruz griega tan frecuente en el mundo oriental. La centralización del
espacio se completa definitivamente con una enorme cúpula que le da su
monumentalidad característica.
La
cúpula: centro y origen de todo
La cúpula que podemos ver en la actualidad no es la primera que
se realizó puesto que la iglesia sufriría los destrozos de varios terremotos
sucesivos como los del 553 y el 557.
Fue
necesario reconstruirla en el 562 por Isidoro el Joven, sobrino de Isidoro de Mileto, que marcaría definitivamente la
obra aligerando su estructura con el uso de materiales más ligeros, como el
ladrillo y el mortero, y una compleja estructura de ingeniería.
La enorme cúpula, de unos 55 metros de altura y 33 m de
diametro, suponía un reto para cualquier arquitecto puesto que había que
contrarrestar las fuerzas de empuje que ejercía la estructura sin poner
en peligro el resto de la construcción.
Isidoro
de Mileto ideó entonces una ingeniosa forma de trasladar estos empujes hasta el
suelo gracias a la sucesión de medias cúpulas (exedras)
visibles desde el exterior, y unos gruesos muros de mampostería.
La funcionalidad de esas exedras no sólo estaría en lograr que
la cúpula resistiera en pie sino que además ayudan a marcan el eje longitudinal
del espacio. Así las dispuso, una a la cabecera y otra a los pies, añadiendole
dos exedras más pequeñas a ambos lados como un conjunto de soportes sucesivos
que se ven afianzados por cuatro grandes pilares, arcos y contrafuertes
exteriores.
Además la nueva estructura era más ligera gracias a la
eliminación del tambor que fue sustituído por pequeños ventanales en la base de
la bóveda, Esta novedosa aportación daba una luminosidad nunca antes conseguida
en el interior de una iglesia convirtiendo el espacio en un “anillo de luz”
sobre el que parece flotar la bóveda.
El
interior de la nave central
Como se ha comentado antes, la luminosidad del espacio es uno de
los logros más destacados de Santa Sofía.
A
pesar de su enorme cúpula, que domina todo interior de la iglesia imitando el
modelo romano del Panteón de Agripa en Roma, el espacio parece amplio y abierto aligerado
gracias a esos pequeños ventanales ingeniosamente dispuestos.
Como elementos constructivos se usaron columnas, reutilizadas de
obras anteriores como se hacía en época romana, a las que se le añade un
capitel de estilo corintio con cimacio en la parte superior. Trabajados a
trépano con una decoración de hojas de acanto, estos capiteles conseguían
elevan los arcos y con ello la altura de la nave central.
Sobre las naves laterales se añade un piso superior a modo de
galeria, el triforio en época románica, cubierto con una techumbre de madera
donde se alternan arcos de medio punto y columnas. Desde esta lugar abierto a
la nave central, la emperatriz podría asistir a misa sin ser vista por los
súbditos.
En cuanto a la decoración, las nave se llenaron de mosaicos de
iconografía cristiana y los suelos se cubrieron con pavimentos policromados de
mármol traídos desde los confines del imperioo como Anatolia, Siria o
Éfessos.
El mosaico de estilo bizantino incluía el uso de cristales,
vidrios policromados, plata y oro. El fondo dorado de las composicionesen
aumentaba el efecto lumínico y junto a ello, el pórfido verde, el basalto de
las columnas y el pavimento de piezas geométricas, conseguían disminuir
la sensación de pesadez de la estructura. Todo ello creando un conjunto
intencionadamente bello y suntuoso que reflejaba el poder imperial.
La iconografía utilizada
en Santa Sofia serviría de modelo de inspiración al resto de iglesias desde
entonces.
Los temas principales fueron la Deesis, Jesucristo y la Virgen
con Niño o el Pantócrator, además de incluir el modelo de “donante” con la
representación de las figuras del propio Justiniano, la emperatriz Irene o el
gobernante Juan Commeno II.
Actualmente, de aquellos mosaicos originales a penas quedan
restos y se han perdido los dedicados a la Virgen con el niño situado en el
altar o el Pantócrator de la cúpula pero una distribución similar se conserva
en numerosas iglesias de la época, por lo que podemos hacernos una idea de cómo
eran.
Exterior de Santa Sofía
Lo más llamativo de la arquitectura de Santa Sofía son los
volúmenes exteriores.
En
ellos destaca la disposición de las numerosas cúpulas,
que se distribuyen de forma escalonada para trasladar el peso de la bóveda
principal hasta la base del muro, y los enormes contrafuertes que tenían que ser lo suficientemente gruesos como para
sostener los empujes laterales de los arco internos.
Estos elementos hacen perder ligereza a la estructura exterior
pero permiten la ampliación del espacio interior de la iglesia.
Los muros fueron cubietos de estuco rojizo muy similar al que
podemos ver actualmente.
ALICIA ASENCIO
Alicia Santa Sofía es Bizantina, no es necesario introducir el arte paleocristiano. (10)
ResponderEliminarArte románico-gótico: Los primitivos flamencos: los Van Eyck.
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