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La habitación de Arlés, Van Gogh.




  • Título: La habitación de Arlés
  • Autor : Vicent Van Gogh
  • Fecha : 1888
  • Estilo : Postimpresionismo
  • Material: Óleo sobre lienzo
  • Localización: Museo de d´Orsay, París. 




Identificación de la obra:

Este cuadro se identifica como “La habitación en Arlés” o “El dormitorio en Arlés” y es una obra de arte del pintor holandés Vincent Van Gogh realizada en el año 1888.
Representa el dormitorio de Van Gogh en el número 2 de la Place Lamartine en Arles, Bocas del Ródano, Francia, conocida como su Casa Amarilla.


Contexto Histórico

El Postimpresionismo podría considerarse la evolución posterior del Impresionismo, aunque sean notoriamente distintos.
Todos los pintores impresionistas, a excepción de Monet, al poco tiempo abandonaron los principios básicos de este estilo. A pesar de esto, destacaron importantes pintores como Paul Cézanne y Vicent Van Gogh. El primero fue antecesor del Cubismo, y Van Gogh del Expresionismo del siglo XX y de la pintura figurativa.
Gauguin, Seurat y Signac (Neoimpresionistas o Puntillistas) también fueron importantes representantes de este estilo.
Este estilo se caracteriza por la puesta en relieve y la explotación de los elementos tradicionales de la técnica empleada, en el caso de la pintura los elementos decorativos del color, la línea y la composición, como medio para transmitir o expresar emoción.


Análisis estilístico

Van Gogh realizó tres cuadros casi idénticos. El primer cuadro lo pintó en Octubre de 1888 en Arlés (Florencia, Francia) y se conserva en el museo Van Gogh de Ámsterdam.

Los materiales y técnicas que se utilizaron para realizar el cuadro fueron lona y pintura al óleo. En cuanto a las dimensiones el cuadro mide 57,3 cm de alto y 73,5 cm de ancho, con el marco 74,5 cm de alto y 90,7 cm de ancho.

En la obra se puede apreciar una gran contundencia de líneas, de perfiles gruesos y de colores intensos, con los que el pintor consigue expresar sus emociones y dotar a la obra de expresividad y fuerza.
Este peculiar estilo está influenciado por el arte japonés. Influencia que se manifiesta en primer lugar en el uso de perfiles y contornos subrayados; por otro lado, en la utilización de colores planos y en la ausencia de sombras; y fundamentalmente en el uso de la perspectiva, con la que Van Gogh consigue adelantar una parte de la habitación y retrasar la otra.

En primer plano se sitúa la cama que avanza de forma violenta. Este efecto se ve acentuado por la utilización de colores cálidos en la cama.
A la izquierda, el primer plano se va alejando, para ello se utiliza líneas de fuga que el pintor marca en la tarima del suelo. Con esto se consigue arrastrar la mirada al fondo de la habitación, y más concretamente donde se halla la silla más pequeña.
Es aquí donde el punto de vista vuelve a situarse en primer plano gracias a la posición oblicua de la mesa, a la silla y al ángulo de la ventana entornada.

De esta forma Van Gogh consigue que visualmente la habitación no esté quieta, los planos avanzan y retroceden.
Con este efecto el autor expresa su desesperación, abatimiento y desolación, al haber perdido al único amigo que le quedaba: Guaguin.

Aparte de la utilización de una inexacta perspectiva el pintor se ayuda de los colores para dotar a la obra de expresividad.
Utiliza colores estridentes, como el rojo. Este color tiene valor simbólico, es muy intenso y se asemeja al color de la sangre.  Es utilizado en la cama y con él refleja dramatismo ya que es el lugar donde Van Gogh se cortó la oreja.
Además refleja una magnifica armonía de colores, entrelazando colores complementarios muy vivos, básicamente azules y amarillos, con toques esporádicos de rojos y verdes.

En relación a la técnica, se puede percibir que utiliza líneas oscuras para delimitar objetos y marcar sus contornos. Esto hace que su pintura se observe más volumétrica. No obstante, también usa pequeños trazos de color rojo y verde para crear contrastes.
Y aunque los colores son “planos” (según las propias palabras del pintor) no se repara en detalles.
Cabe destacar la utilización de pinceladas vibrantes. Además Van Gogh pone el color en bastante cantidad para que no dejar ver el primer dibujo. Aplica la pintura en capas muy espesas directamente del tubo. Por ello Van Gogh lograba terminar los cuadros con una gran rapidez, llegando incluso a pintar obras en un solo día.

Van Gogh  tenía como finalidad hacer inteligibles sus estados de ánimo, para ello utilizaba el colorido que según él le servía para expresar sentimientos.
El amarillo representaba optimismo y amor, mientras que el rojo y el verde según sus propias palabras expresaban las terribles pasiones humanas.
Es por esto por lo que el arte de Van Gogh se considera el punto de partida del Expresionismo del siglo XX.

Es un alojamiento modesto, con poco mobiliario, hecho de madera de pino. La puerta a la derecha se abría a la planta superior y la escalera, la puerta de la izquierda servía para la habitación de invitados que preparó para Gauguin.


La mayoría de los objetos de la habitación se encuentran duplicados: hay dos sillas, dos almohadas… Hay que tener en cuenta que la primera versión de la obra fue realizada justo antes de la llegada de Guaguin, así que la duplicación podría expresar ansiedad, inquietud, deseo…

La obra además se caracteriza por la utilización de colores complementarios: naranja y azul, violeta y amarillo, verde y rojo. Esto es debido al deseo de Van Gogh por basar el uso de los colores en principios científicos. Destacan el color naranja, el amarillo de cromo y el de cadmio mezclados con el blanco.
En la carta el pinto llega a sugerir a su hermano Theo que el marco de la obra sea de color blanco. Según su teoría, el blanco equilibra a los colores complementarios y acentúa los efectos violentos del color. Así vemos el blanco en la superficie del espejo.

El suelo de la habitación en la primera versión del cuadro el suelo era de color rojo, en la segundo de color rosa oscuro y en la tercera de color marrón.
Así que la última versión que realizó Van Gogh dotó a la obra de un carácter más sombrío.



La habitación  de Van Gogh era una de las habitaciones de la famosa Casa Amarilla que el artista había alquilado en Arlés. Era una vivienda de dos pisos bastante pequeña, o mejor dicho media vivienda, porque en la otra mitad del edificio había un colmado, como podemos ver en el cuadro que pintó el artista en esa época. La mitad de Van Gogh era la que tenía las contraventanas pintadas de color verde y la ventana de su dormitorio es la del piso de arriba a la izquierda. La casa estaba situada en la Place Lamartine, frente a unos jardines, muy cerca del río Ródano y de la estación. Pero si alguien va de visita a Arlés, que no se moleste en buscarla porque la bombardearon en la Segunda Guerra Mundial.


Esta seria la respectiva casa amarilla 



Aunque en el cuadro no se aprecia, en las fotos podemos ver que no era rectangular del todo, sino ligeramente trapezoidal. Van Gogh utiliza una perspectiva algo distorsionada para pintar el cuadro de su dormitorio, pero lo cierto es que la pared del fondo tampoco era recta, así que esta sensación de inestabilidad que transmite la obra no es solo culpa suya.
Cuando pintó su dormitorio, Van Gogh llevaba un par de días reposando, encerrado en casa, por culpa del mistral y porque, después de varios días de trabajo extenuante, notaba la vista fatigada (algo frecuente en artistas que pintaban en el exterior, expuestos a la intensa luz del sol). En una breve carta que le escribe a su hermano Theo el 16 de octubre de 1888, Vincent explica cómo es el cuadro que está pintando, El dormitorio de Van Gogh en Arlés, y le envía un boceto, describiendo de forma minuciosa los colores de los diferentes elementos (ahora con las fotos lo tenemos muy fácil, pero en aquel entonces había que tirar de dibujos y descripciones, aparte de confiar ciegamente en la imaginación del que recibía la carta).






Los dos retratos que están colgados sobre la cama no son inventados, son dos de las obras que pintó Vincent en esa época, El poeta y El amante, los retratos del pintor belga Eugène Boch y del teniente zuavo Paul-Eugène Milliet respectivamente, de los pocos amigos que había hecho en Arlés. La gran ilusión de Van Gogh era pintar humanos, pero como no tenía dinero para pagar modelos y le costaba horrores hacer amigos, la mayor parte del tiempo se tenía que conformar con pintar paisajes, bodegones y autorretratos. Por ese motivo tenía estas dos obras colgadas en su dormitorio, porque eran importantes para él, desde el punto de vista artístico, pero también sentimental.


Hasta aquí todo perfecto. Un cuadro magnífico que pretendía transmitir calma y reposo, aunque el efecto que consigue es más bien el contrario (al menos para el común de los mortales, porque supongo que a él sí que le relajaba). Una habitación de muebles sencillos y rústicos, sin barnizar, tal y como era él, con esas sillas que más tarde utilizaría para pintar un curioso bodegón que es a la vez autorretrato: La silla de Van Gogh 

Vincent Van GoghLa silla de Van Gogh (1888, National Gallery, Londres)

¿Qué le llevó entonces a pintar otras dos versiones del cuadro? Cuando Van Gogh estuvo internado en el hospital de Arlés, después de cortarse el lóbulo de la oreja, el Ródano se desbordó, inundando la casa, que estaba cerca. El agua dañó algunas de las obras, el dormitorio entre ellas. Poco antes de entrar en el hospital psiquiátrico de Saint-Rémy, Vincent le envía a su hermano Theo una caja llena de cuadros y le pide que mande forrar esta obra en concreto. El forrado o reentelado consiste en pegar al lienzo una tela nueva por detrás, para darle más firmeza. Es un procedimiento que tiene cierto riesgo y como a Theo le gustó mucho la obra, prefirió enviársela a Vincent de nuevo para que hiciese una copia, por si las moscas se estropeaba el original. Y eso hizo, pintó una copia del mismo tamaño, prácticamente igual, pero sustituyendo los retratos de Eugéne Boch y del teniente Milliet por un autorretrato no identificado y la imagen de una mujer rubia desconocida. Esta es la versión que se conserva en el Art Institute of Chicago.

Vincent Van GoghEl dormitorio de Van Gogh en Arlés (2ª versión, septiembre 1889, Art Institute of Chicago)

A finales de ese mismo mes de septiembre, Van Gogh decide hacer copias de varias de sus obras para enviárselas a su madre y a su hermana Wil. Una de estas obras es el dormitorio, aunque esta vez lo pinta en un lienzo ligeramente más pequeño y vuelve a cambiar los cuadros, esta vez por un autorretrato con el rostro afeitado, que fue una de las obras que les envió, y el retrato de una mujer morena que tampoco se ha identificado. Esta es la versión que encontramos en Museo d'Orsay de París. En una carta que le escribe a su hermana Wil el 21 de octubre de 1889, vuelve a hablar del cuadro:

Vincent era consciente de que sus familiares y amigos en Holanda no iban a entender su arte, pero aún así se veía obligado a enviarles algunas muestras. Le pidió a su madre que tuviese paciencia y que no se deshiciese de ellos, que dejase pasar el tiempo para poder juzgar si le gustaban o no.

Vincent Van GoghEl dormitorio de Van Gogh en Arlés (3ª versión, septiembre 1889, Museo d'Orsay, París)



Las tres versiones de El dormitorio de Van Gogh en Arlés (Museo Van Gogh, Art Institute of Chicago y Museo d'Orsay)

El dormitorio de Van Gogh en Arlés representaba ese hogar que Vincent había montado con tanto cariño, las esperanzas que había puesto en ese taller de artistas que finalmente le salió rana. Cuando pintó la primera versión del cuadro, todavía estaba ilusionado por la inminente llegada de Gauguin. Cuando pintó los otros dos, el sueño ya se había roto. Sin embargo, las diferencias entre los tres lienzos son mínimas. Que cada cual se quede con el que más le guste





Para acabar, os dejo con un vídeo muy interesante del Art Institute of Chicago, en el que se hace una recreación del color original que pudo tener el cuadro. También se comparan desde un punto de vista técnico las tres versiones, que estuvieron allí expuestas recientemente.

https://youtu.be/9SsUzaIDsHo




ALICIA TORRES ASENCIO

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