Antes de comenzar a analizar la obra de Rodin, adentremonos en su historia y conozcamos un poco la época en la que le tocó vivir.
Auguste Rodin
Auguste Rodin nació en París en el seno de una familia modesta.. Sus primeros años no fueron fáciles, no fue admitido en la Escuela de Bellas Artes,por lo que tuvo que resignarse con asistir a la Petit Ecole de artes decorativas. Su primer empleo fue como dibujante y modelador de escultura decorativa.
A finales del siglo XIX, el Impresionismo, que era un movimiento fundamentalmente pictórico,Rodin ejerció una profunda influencia en la escultura. Algunos escultores introdujeron las sensaciones lumínicas a través de la renovación de las técnicas, explotando las posibilidades del material y estudiando los efectos de lo inacabado, técnica que ya había iniciado Miguel Ángel. Si hay algo que caracteriza a este movimiento es que se proponen renovar los ideales de la escultura, alejándola de los modelos clásicos y de las inclinaciones exageradas del Naturalismo.
Clasificar a Rodin simplemente como impresionista no sería nada justo, porque este traspasó sus límites poniendo su arte al servicio de un programa simbolista. La escultura era un instrumento para su personal interpretación de la naturaleza.
Funde la técnica impresionista, que con la rugosidad de las superficies y la multiplicación de planos, obtiene efectos de luz y de vida profunda de las figuras.
Realmente no alcanza la fama hasta el 1877 con El despertar de la humanidad o Edad del Bronce. Fue muy criticada porque su realismo indujo a pensar que había sido fundida a partir de un modelo vivo. Es un desnudo masculino de tamaño natural que parece contener la explosión de amor, de deseo y de esperanza anunciando lo que será la posterior producción de Rodin.
Su segunda gran obra es San Juan Bautista predicando. Sus estudios de modelado con Carpeaux le enseñaron a plasmar el movimiento.
Comenzó una etapa sumamente activa en 1880 recibiendo el encargo de hacer una puerta monumental de bronce para el Museo de Artes Decorativas de París. Escogió como tema el Infierno de Dante, por eso se han denominado las Puertas del Infierno.
las Puertas del Infierno fueron el origen para muchas de las obras posteriores de Rodin, como El Pensador o El Beso. Al margen, realizaría Los burgueses de Calais y otros encargos como el Balzac.
Características más representativas
Nosotros vamos a centrarnos exactamente en la obra de Los burgueses de Calais, pero no sin antes dejar claras las características mas representativas de Rodin.
-De formación neoclásica, Rodin bebió de artistas como Donatello o Miguel Ángel pero tenía un espíritu experimentador y audaz, en el que destaca una radical innovación (algo que lo enmarca de alguna forma en el movimiento romántico), por lo que vivió siempre envuelto en grandes polémicas en torno a su obra.
-Su obra abarca toda la gama de posibilidades plásticas, de lo espontáneo al patetismo heroico. Para él, el caos podía ser una herramienta eficaz para plasmar sus intenciones. También estuvo vinculado al impresionismo, tanto por amistades como por el uso de la luz en sus obras.
-Para el escultor, un artista no debía ser un esclavo del modelo. En su estudio-taller llamaba la atención ver a modelos desnudos sin posar y a Rodin observándolos en su libertad de movimientos y plasmándolos en su totalidad. Quizás por ello su obra sea tan poco rígida, tan viva y llena de matices.
-Rodin trabajaba en yeso para criticar ese elitista circuito del arte y a su única escultura oficial: en mármol (blanco igual que el yeso, pero mucho más costoso). Su escultura era rebelde, joven, novedosa, irreverente…
Los burgueses de Calais
Es una obra escultórica realizada en bronce. Rodin representa una de las figuras artísticas más importantes del cambio de siglo; su obra combina a la perfección las formas academicistas más tradicionales con el expresionismo vinculado a las nuevas tendencias artísticas del impresionismo. Sin embargo la obra del francés va mucho más allá mostrándose como un claro precedente de las formas simbolistas o expresionistas desarrolladas en pleno siglo XX.
La obra conmemora un hecho histórico acaecido durante la Guerra de los Cien Años: el monarca inglés Eduardo III tenía sitiada la ciudad de Calais y ante la superioridad inglesa, los lugareños accedieron a la rendición. Sin embargo Eduardo III no accedió a la súplica de los franceses e impuso como única condición para no arrasar el pueblo que seis ciudadanos acudieran libremente a su campamento ataviados únicamente con una camisa y sogas en el cuello hacia lo que parecía una muerte segura. Cuando el alcalde de la ciudad explicó las condiciones a sus conciudadanos el hombre más acaudalado de Calais decidió entregarse libremente seguido de otros cinco valientes. Al llegar al campamento francés el monarca inglés les perdonó la vida gracias a la mediación de su esposa.
Rodin plantea un imponente proyecto basado en los relatos de Froissart que no terminó de agradar ni al comitente ni a los críticos ni a la Academia. Escapándose así de los esquemas más tradicionales que planteaban la vinculación de la idea de héroe con un solo personaje el escultor plantea un grupo heroico colectivo, ninguno de los personajes destaca sobre los demás, todos son héroes a partes iguales.
Rodin planteó al menos tres proyectos diferentes para la obra de Los burgueses, en el primero de ellos las figuras gozaban de cierta influencia renacentista que el artista optaría por eliminar posteriormente y que la ciudad rechazó, el segundo de ellos también rechazado por la ciudad, situaba a todos los burgueses los burgueses a la misma altura sin dar a ninguno de ellos más importancia que a los demás. El tercer proyecto fue aprobado con ciertas discrepancias por la ciudad y la obra no llegó a inaugurarse hasta 1895, casi diez años después de haberse producido el encargo.
Las esculturas de los burgueses presentan un complicado estudio emocional y psicológico, cada uno de ellos se enfrenta a su posible muerte de una manera distinta: miedo, ira, orgullo… Son representaciones realistas, en absoluto idealizadas, de figuras reales. Las manos y pies de estos personajes son excesivamente grandes en relación de su tamaño y la gestualidad teatral que muestran resalta aún más ese expresionismo latente. Las figuras se arremolinan unas en torno a otras formando una especie de espiral que obliga al espectador a rodear la obra para apreciarla en su totalidad.
Si os resulta mas cómodo estudiarlo y aprender a través de un vídeo también podéis ver lo siguiente que adjunto:
Realizado por: Andrea Calderón Muñoz
(10) La última obra comentada será la correspondiente al Arte del siglo XX. La que te coca a ti es: La Vida, Picasso.
ResponderEliminar