Giovanni da Fiesole, llamado Fra Angelico por su obra exclusivamente religiosa, su devoción la serenidad de sus obras (y evidentemente porque era fraile) fue uno de los maestros del primer quattrocento italiano. Dominico desde la infancia, su vida transcurre en monasterios. En los scriptorium florece su innegable talento. Partiendo de las miniaturas de los talleres toscanos, Fra Angelico da un paso más en el gótico internacional metiéndose sin saberlo en lo que después conoceríamos como renacimiento. Se traslada a Florencia en 1436, donde pinta los frescos del claustro de su nuevo monasterio. Su fama empieza a crecer y es contratado por papas y obispos a lo largo y ancho de Italia. Fra Angélico combinó la elegancia decorativa del gótico con el estilo más realista de otros maestros florentinos como Masaccio. Destacó por las expresiones en los rostros y su utilización del color que consigue dar mayor intensidad emotiva a la obra. También fue muy valorada en la época su origin